¿Te duelen las tibias? La periostitis tibial del corredor
20/08/2024
¿Te estás abriendo camino en el mundo del running y te duelen las tibias? No te alarmes, posiblemente tengas la periostitis tibial del corredor. No es grave, pero requiere vigilancia.
La periostitis tibial es una inflamación del periostio, que es una membrana delgada que recubre el hueso de la tibia (el hueso grande de la parte frontal de la pierna). Esta condición se presenta comúnmente en personas que realizan actividades físicas de alto impacto, como correr, saltar o caminar largas distancias, especialmente cuando se aumentan bruscamente la intensidad o la duración del ejercicio. Es frecuente que suceda cuando el corredor talonea en exceso, algo de lo que hablaré en otro post. El dolor de tibia es incómodo y requiere descanso. Los síntomas principales de la periostitis tibial son:
Dolor a lo largo de la parte interna de la tibia: El dolor generalmente aparece en la parte frontal o interna de la pierna, a lo largo del hueso, y puede ser más intenso al tocar la zona afectada.
Dolor durante y después del ejercicio: Al principio, el dolor puede ser leve y aparecer solo durante la actividad física, pero con el tiempo puede volverse constante, incluso en reposo.
Hinchazón y sensibilidad: La zona afectada puede estar hinchada y ser sensible al tacto.
La periostitis tibial a menudo se asocia con el "síndrome de estrés tibial medial" (también conocido como "shin splints"), que es un término más amplio que engloba cualquier dolor a lo largo de la tibia, y puede ser causada por una combinación de factores como:
Sobrecarga o exceso de entrenamiento: Aumentar la intensidad o la duración del ejercicio de forma demasiado rápida.
Calzado inapropiado: Usar zapatos que no brindan el soporte adecuado.
Superficies duras: Correr en superficies duras como asfalto puede contribuir al desarrollo de la periostitis tibial.
El tratamiento de la periostitis tibial generalmente incluye reposo, aplicación de hielo, uso de antiinflamatorios, fisioterapia y, en algunos casos, ajustes en la técnica de carrera o el uso de plantillas ortopédicas. Es importante tratarla adecuadamente para evitar que el problema se agrave y pueda derivar en una fractura por estrés.
Reflexiona sobre la causa, puede que estés sometiendo a tus piernas a un entrenamiento excesivo o que tu técnica de correr no sea la adecuada.
